Desde tiempos remotos, antes que se inventara la palabra Arquitectura que la luz es representación, producto, fin, transcurso, calidad de vida y calidez de ambientes.
La evolución en la construcción, va de la mano de la evolución de las formas de iluminación de los ambientes.
En Francia, país que se destaca por diseños novedosos, Paul Coudamy, ha desarrollado una propuesta, inspirada, pareciera en las cabinas de aviones, específicamente del Airbus 300, el primer avión de pasajeros de fuselaje ancho bimotor del mundo, luego vendrían los Boeing inspirados en él.
El diseñador Francés, todo el ejemplo y utilizándolo como elemento de inspiración, propone un sistema de iluminación en el techo, que aplicado al modelo abovedado crea un ambiente de intimidad acogedor.
Literalmente, este diseñador ha tomado las partes descartadas de estos aviones, cuando se consideró que su vida útil estaba cumplida, para reconvertirlos y usarlos, transformando la estructura, haciéndolos portables, pues se pueden ubicar de diversas maneras.
Las curvas en el espacio arquitectónico, no de fácil diseño y desarrollo, al cual hay que adecuarle mobiliario y un estudio muy cuidadoso en la circulación, con esta idea, la iluminación viene a conformar una buena opción que ofrece la sensación de aislamiento, con una estructura ligera que no ocupa espacio vital para otras necesidades de la vivienda.
La forma y ubicación de los paneles dan una sensación de luz indirecta.
En un planeta en el que la energía está en la agenda de todo proyecto arquitectónico, esta forma de parcelar la luz y conseguir un ambiente bien iluminado con tecnología de bajo consumo, es una opción interesante.
Lo que no se sabe es cómo sería el mantenimiento, la vida útil de estos paneles, no imagino lo que implicaría cambiar todos esos focos, o cómo aplicarlo en un alto techo y tener que cambiar uno. Pero al arte no le interesan estas minucias.